jueves, 9 de octubre de 2014

Uzbekistan: Intro 2 Breve historia de Asia Central o “Que pase el siguiente, que en el fondo hay sitio”

La historia de estas tierras es la de los pueblos que las han poblado desde tiempos inmemoriales. Y precisamente por estos lares se ha movido siempre la frontera entre pueblos iranios y turquicos.

Al sur, el gran Irán de etnia y lengua persa ha influenciado desde siempre estos desiertos y riberas, trayendo desde los desiertos árabes la religión musulmana, que desde el siglo VII tiene una supremacía casi monopólica por estos lares.

Al norte, los pueblos túrquicos, que en sucesivas oleadas desde el siglo XI invadieron estas montañas y llanuras y que hoy aún suponen la etnia mayoritaria. Entre medias mongoles, árabes, griegos y eslavos han dejado su impronta en forma de idiomas, religión y culturas

Sogdiana
Me remontaré hasta allá por los siglos VII y VIII antes de Cristo, cuando la población original irania (o persa) desarrolló la civilización de Sogdiana en las tierras más allá del Oxus. Ya inmersa en las rutas de comercio que unían Este y Oeste, su cultura floreció entre la tolerancia religiosa que permitía el zoroastrismo y diversas religiones primitivas iranias de cultos paganos al fuego, al agua y a la naturaleza. Con comunicaciones abiertas con el Irán aqueménida e incluso formando parte del mismo como una provincia más formaban otro eslabón más de la milenaria Ruta de la Seda a traves de la cual llegaban las influencias chinas.

En el museo de Afrosiab de Samarkanda se pueden ver los pocos restos sogdianos que quedan
 En el año 326 a.C, Alejandro Magno, al mando de las tropas greco macedonias tomaba lo que ellos llamaron la Transoxiana, y su capital Marakanda, que ellos llamaron Samarkanda. Fundaron ciudades incluso hasta en el valle de Fergana (Alejandría Escate, hoy Khojand, en Tadjikistan) y dejaron al mando a una élite helenística que mantuvo su cultura durante todo el tiempo que duró el imperio seleucida antes de que las invasiones escitas disolvieran sus estructuras y los iranios sasánidas volvieran al control de la zona. 

El extremo Noreste del imperio de Alejandro Magno

A estas alturas, las ideas y doctrinas budistas ya habían llegado desde la India vía Taxila y Gandara en Pakistan y Afganistan, y habían imbuído ya el reino grecobactriano y estas tierras con una mezcla de cultura budista y helenística. La transmisión de las ideas de Buda seguiría hacia el norte y el este, llegando hasta China y Mongolia por la ruta de la seda, y para seguir más adelante hacia Corea y Japón.

Las siguientes invasiones importantes se produjeron ya en el siglo VII D.C y fueron las de los árabes, que tras las predicaciones de Mahoma se extendieron hacia Este, Oeste, Norte y Sur, y llegaron hasta estas tierras más allá del Oxus, donde dejaron su arte, su ciencia floreciente y sobre todo, su religión musulmana, que aún hoy domina claramente las creencias de los uzbekos, tadjikos, turkmenos y algo menos de kirguizes y kazajos. La rama del islam suní es la que rige aquí, a diferencia de en el irán transfonterizo y constituye otra diferencia quizás aún más insalvable que la étnica de persas y turcos.

Sin embargo tras la invasión árabe fueron los persas samánidas los que volvieron a controlar estas tierras durante los siglos IX y X desde sus capitales de Samarkanda y Bukhara. Los árabes se retirarían, pero dejaron su cultura y arquitectura. La ciudad de Merv, hoy en Turkmekistan, rivalizaba con Bagdag por ser el centro del floreciente imperio musulmán, siendo durante una breve ventana de tiempo la ciudad más poblada del mundo y Samarkanda, Bukhara y Konya Urgench florecían como ciudades clave en la transmisión de cultura y mercancías entre el occidente cristiano y el este chino.

Merv, otrora la ciudad mas poblada del mundo

Allá por el siglo XI llegarían más invasiones de las estepas del norte. Los pueblos turcos bajarían en sucesivas oleadas y tras conquistar estas tierras seguirían hacia el Oeste consiguiendo hacerse con prácticamente todo el mundo musulman y basándose en la actual Turquía. Fundarían además ciudades e imperios nuevos, como el Corasmio (Khorzem) pegado al Mar Caspio que primero desde su capital en Konya- Urgench y luego desde Khiva controlarían la ribera baja del Oxus y los desiertos del Kyzil Kum y Karakum. 

Corasmia
Tal y como cuenta Thubron, los antiguos sogdianos, de etnia u origen persa, ante las sucesivas invasiones de árabes y turcos se vieron obligados a desplazarse hacia el Este, cada vez más arriba en los intrincados valles que ascienden hacia el Pamir, el nudo de cordilleras donde se juntan las mayores montañas del mundo. Asi permanecieron durante casi un milenio y forman hoy el núcleo del pueblo tayik, cuña irania en pleno mundo túrquico. Los antiguos pueblos iranios de sogdiana y bactriana tienen hoy su huella en los tayikos que se disgregan entre tayikistan, uzbekistan y afganistan. De hecho, según cuenta Thubron, aún quedaban en los años 90 del pasado siglo hablantes de sogdiano, variedad primitiva del persa que hablaban los comerciantes, guerreros y aldeanos que Alejandro Magno encontró aquí allá por el siglo cuatro antes de Cristo.

Los pueblos turquicos se vieron sin embargo derrotados por las hordas imparables del mayor conquistador terrestre de la historia: Gengis Khan. Los mongoles arrasaron con ciudades, reinos e imperios, y por supuesto no pasaron por alto esta zona. Merv, Konya-Urgench y muchas otras fueron destrozadas para siempre, y únicamente contados monumentos de Khiva, Bukhara y Samarkanda quedaron en pie para posteriores generaciones.

Las conquistas (y destrucciones) de Gengis Khan

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