sábado, 27 de agosto de 2011

Singapur - Malasia - Indonesia Día 1

22 de Julio: Llegada a la ciudad de las multas

Llegamos a Singapur entrada ya la tarde, que aquí se traduce en entrada ya la noche ya que en todos estos países tiene la mala costumbre de anochecer a las 18:00 más o menos, con lo que a las 20:00 los ingleses colonos llevan ya un par de horitas bebiendo. En el aeropuerto, tras 24 horas de viaje ininterrumpido sólo amenizado por la bendita tablet de Qatar Airways, estábamos muertos, así que despreciamos el fenomenal metro de Singapur y cogimos un taxi, no sin que Lucas se acojonase por la fama de la ciudad y se fuese a fumar a un smoking point al aire libre antes.


El taxi nos depositó en el V hotel en Lavender Street y el hall estaba lleno de chinos tal y como sería norma habitual en este hotelazo (de grande, no de bueno). Tras comprobar que las habitaciones eran tamaño ser humano de raza china nos dispusimos a dar una vuelta por la ciudad, una vez repartidos en las dos habitaciones: Villa y Dueño y el trió de basket en la triple. Cogimos el metro, con la mierda de billetes sencillos que había que comprar, y llegamos a Raffles Place, que no es donde está el Hotel Raffles, sino que es el primer centro financiero de la ciudad. Nos acercamos hasta el rio y cenamos en un restaurante tradicional escocés que por toda esa zona se estila mucho.

En un principio acojonados por la lista de multas y prohibiciones aún mayor que la de la piscina de Retiro 2, poco a poco nos fuimos dando cuenta de que no era para tanto, y de que se podía fumar tranquilamente en la calle y cruzar al modo madrileño las calles sin que te pegaran varazos. Lo de la homosexualidad no lo probamos, a pesar de que Villa y Lucas tenían gestos cariñosos. A la orilla del río Singapur, dimos una vuelta viendo los restaurantes llenos de anglosajones bebiendo cerveza y paseamos entre rascacielos iluminados hasta llegar a la estatua del león - pez símbolo de Singapur.

El león con cola de pez, símbolo de Singapur
La ciudad de Singapur fue fundada en un principio por un príncipe hindú de la vecina isla de Sumatra que un día, navegando plácidamente por los mares cercano creyó divisar un león en una isla (Singapura significa ciudad de los leones en sánscrito) . Luego se ha demostrado que fué un invent, porque nunca hubo leones por la zona, si eso sería un tigre pero el caso es que el tipo lo consideró un buen presagio y fundo una población, que serían cuatro casas mal puestas hasta que los británicos se dieron cuenta de la extraordinaria posición geoestratégica de la isla y se la compraron al sultán que la tenía en aquel momento. Y de aquellos polvos estos lodos. Ojo tenían un rato los ingleses, las cosas como son.

Hicimos unas fotos con el impresionante skyline de la ciudad presidido por el Marina Bay y cogimos 2 taxis para volver al hotel en la puerta de una discoteca abarrotada de jovenzuelos singapurenses. Estábamos muertos y queríamos mantener el jet-lag a raya, con lo que tras una bien merecida ducha nos fuimos a sobar. Lucas y Nova tuvieron que lidiar con un bote de gel roto durante el viaje que manchó la ropa de Lucas y le impidió ir tan ideal como él quería en los sucesivos días.

1 comentario:

  1. 1st day, no party, no playa. ¡Grande Singapur! Muy buena impresión nada más llegar. Supongo que el dinero ayuda a dar esta impresión. Sin duda una ciudad muy habitable.

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